Si voy yo,
tú te alejas.
Si me hago el indiferente,
despierto tus ganas.
Estos juegos adolescentes del ratón y el gato me aburren.
Pero funcionan.
Puede ser que las cosas funcionen así.
Que tengas que estar siempre jugando con dosis de cal y de arena.
Para que el fuego siga candente.
O puede ser que las cosas no funcionen.
O que sí que lo hagan, pero no sean perfectas, como creía.
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