lunes, 27 de julio de 2009
Celos. Celos. Celos.
Son dañinos. Pero hay veces que no se pueden evitar.
Demasiados factores hacen que estén presentes, y que no se puedan ir de mi cabeza.
Un rato sí, pero vuelven con fuerza y se incrustan como garrapatas.
Los celos esconden miedo. Mucho miedo.
Pero tanto miedo, ¿de qué?
Decepción, rechazo, sustitución, no ser único, no ser especial.
Pero, ¿qué es lo peor que podría pasar? ¿Qué se hicieran realidad? ¿Una infidelidad?
Si sólo fuera física, una descarga, jode. Pero al fin y al cabo es la naturaleza humana.
¿Y si fuera otra cosa? Entonces, ¿habría algo que hacer?
Entonces sí que habrían razones para tener miedo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario