viernes, 25 de julio de 2008

28 años.

Hoy cumplirías (cumples) 28 años. Casi 3 años después de que te marchases, la vida sigue. Sigue mucho mejor de lo que me imaginaba que lo haría. Pero no sigue “igual”, porque ya no estás.

Bueno, no estás de una manera evidente, pero no te puedes ir, aunque a veces lo desee.
Ayer pensaba que en el momento que alguien aterriza en este mundo, se hace eterno. Porque ya no hay manera de borrar lo que ha hecho aquí, ni que desaparezca de las vidas de quienes le conocieron.
No es un fragmento de un libro de autoayuda, es lo que me has hecho descubrir.

A diario, apareces en mi cabeza 2, 3, 5 ó 10 veces. De una manera sutil, sin dolerme. Nada que ver con las punzadas de los primeros meses después de irte.
Y me doy cuenta de que si esto sigue así tanto tiempo después, es muy probable que ya me acompañe el resto de mi vida. Y lo acepto, porque es tu recuerdo.

Y la mayoría son buenos recuerdos. Y no quiero que eso se borre.

miércoles, 23 de julio de 2008

Te he visto de nuevo.

En una foto que no iba dirigida a mí. Pero que me he quedado mirando varias veces, como si tú me la hubieras regalado.
Y me he sentido como en aquel monólogo Indira Páez:

Te vas a dar cuenta de que me olvidaste cuando me veas, y te des cuenta de que me olvidaste. Y lo peor, o lo mejor del caso, es que no va a importarme porque yo también voy a olvidarte.

Y yo te olvidé. Relativamente rápido.

Pero hoy cuando te veo, te recuerdo.
Recuerdo las largas noches de vino y sexo. Inacabables. Los largos cigarrillos post-coitales. Las ganas constantes de ti. De tu tontería, de tu frivolidad, de tu perfecta simplicidad. De tu cara guapa. De tu cuerpo perfecto sin necesidad de preocuparte por él.
De que parecía que parábamos el tiempo.
De que parecía que en las noches de Enero no existía el frío.

Y acabó. Y el amor ahora te acompaña.
Y no me duele. Y me queda tu recuerdo de tanto en tanto.Y me sirve en alguna noche fría.

martes, 8 de julio de 2008

Bad Day

Sueño movido esta noche. Entre húmedo, nostálgico y esperanzador.
Bastante extraño. Y me ha dejado al despertar con una sensación
de no haber descansado, de estar preocupado por algo que
no he logrado exteriorizar con palabras.

Aunque sé de dónde puedo venir ese malestar:
unas cuantas palabras desagradables + unas pocas valoraciones
puede que acertadas pero que joden en un momento dado +
un poco de susceptibilidad = malestar puntual

En fin, a tomar por culo.

Ayer fue un día de buenas noticias y premios.

Tomo nota de lo que hay que solucionar, me alegro por las buenas nuevas,
y pá lante sin mucha preocupación.

sábado, 5 de julio de 2008

LA DUCHA por Charles Bukowski

nos gusta ducharnos después
(a mí me gusta el agua más caliente que a ella)
y ella me lava primero
me extiende el jabón por los huevos
los levantalos aprieta,
luego me lava la polla:
"¡oye esto sigue duro!"
luego me lava el vello de ahí abajo,
la tripa, la espalda, el cuello, las piernas,
yo sonrío sonrío sonrío,
y después la lavo yo a ella ...
primero el coño,
me pongo detrás, mi polla en sus nalgas
suavemente enjabono los pelos del coño,
lavo ahí con un movimiento suave
tal vez me detenga más de lo necesario,
luego las piernas por detrás, el culo,
la espalda, el cuello, la hago girar, la beso,
enjabono los pechos, luego la tripa, el cuello,
las piernas por delante, los tobillos, los pies,
y luego el coño, una vez más, para que me dé suerte...
otro beso, y ella sale primero,
se seca, a veces canta mientras yo sigo allí
pongo el agua más caliente
disfrutando los buenos momentos del milagro amoroso
luego salgo...
normalmente es por la tarde y todo está tranquilo,
y mientras nos vestimos hablamos sobre qué otra cosa
podríamos hacer,
pero el estar juntos resuelve casi todo,
en realidad, lo resuelve todo
porque mientras esas cosas estén resueltas
en la historia de un hombre y
una mujer, es diferente para cada uno
mejor y peor para cada uno...
para mí, es tan espléndido como para recordarlo
después de la marcha de los ejércitos
y de los caballos que pasan por las calles fuera
después de los recuerdos del dolor y el fracaso y la desdicha:
Linda, tú me has traído esto,
cuando te lo lleves
hazlo lenta y suavemente
hazlo como si estuviera muriéndome en sueños en lugar de
en vida, amén.