viernes, 25 de julio de 2008

28 años.

Hoy cumplirías (cumples) 28 años. Casi 3 años después de que te marchases, la vida sigue. Sigue mucho mejor de lo que me imaginaba que lo haría. Pero no sigue “igual”, porque ya no estás.

Bueno, no estás de una manera evidente, pero no te puedes ir, aunque a veces lo desee.
Ayer pensaba que en el momento que alguien aterriza en este mundo, se hace eterno. Porque ya no hay manera de borrar lo que ha hecho aquí, ni que desaparezca de las vidas de quienes le conocieron.
No es un fragmento de un libro de autoayuda, es lo que me has hecho descubrir.

A diario, apareces en mi cabeza 2, 3, 5 ó 10 veces. De una manera sutil, sin dolerme. Nada que ver con las punzadas de los primeros meses después de irte.
Y me doy cuenta de que si esto sigue así tanto tiempo después, es muy probable que ya me acompañe el resto de mi vida. Y lo acepto, porque es tu recuerdo.

Y la mayoría son buenos recuerdos. Y no quiero que eso se borre.

No hay comentarios: